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6 – Gurgel BR-800.
¡Ah, el Gurgel BR-800! Este pequeño auto brasileño tiene una historia interesante, pero seamos honestos: la belleza no es precisamente su punto fuerte.
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Con unas líneas que recuerdan más a un proyecto de feria científica que a un diseño automovilístico refinado, definitivamente no ganaría ningún concurso de belleza.
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El BR-800 fue un intento legítimo de crear un automóvil económico y accesible para los brasileños, pero parece que a la hora de diseñarlo, la inspiración surgió de un cuaderno arrugado. Su estética es muy peculiar, con formas cuadradas y un aspecto en miniatura que parece encogido bajo la lluvia.
A pesar de su apariencia cuestionable, el auto tiene sus seguidores porque es un símbolo de la resistencia y la innovación brasileñas. Al final, el BR-800 todavía tiene su encanto, un encanto un tanto torcido, es cierto, pero aun así, un encanto. Y como dicen, la belleza es subjetiva, ¿no?
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5 – Fiat Doblo.
Si el diseño fuera música, Doblo sería ese bonus track que nadie pidió. Con líneas que parecen dibujadas durante un terremoto, definitivamente desafía la noción tradicional de belleza automotriz. La estética de Doblo tiene una vibra de "hagamos que todo encaje y veamos qué pasa", lo que da como resultado una apariencia tan peculiar como práctica.
No me malinterpretes, tiene su encanto de patito feo y es tan espacioso por dentro como un apartamento pequeño, pero seamos serios: no va a ganar ningún concurso de belleza. El frente parece inspirado en un bloc de notas y las ventanas tienen esa apariencia de acuario gigante que no ayuda al aspecto general.
Ahora bien, la ironía es que a pesar de toda esta falta de atractivo estético, el Doblo hace el trabajo. Carga, transporta y no te decepciona. Es el tipo de automóvil que no quieres que te vean conduciendo, pero cuando realmente necesitas usarlo, agradeces que esté ahí. El estilo no lo es todo, pero bueno, ¡un poco más de esfuerzo en la apariencia no vendría mal, Fiat!